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Devocional 08 Marzo 2025

March 08, 2025 • Steve Torres
"Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!"" (Apocalipsis 8:13, RVR1960)

La imagen de un águila gritando desde el cielo es asombrosa. En el griego original, la palabra traducida “águila” (aetos) también puede significar “buitre”, la misma palabra que Jesús utilizó en Mateo 24:28 cuando advirtió: “Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”. Jesús pronunció estas palabras en el contexto de la inminente destrucción de Jerusalén, una advertencia que se cumplió cuando los ejércitos romanos -que portaban águilas en sus estandartes- devastaron la ciudad.

El águila del Apocalipsis grita tres veces: “Ay, ay, ay”. Esta triple advertencia refleja la certeza y severidad de lo que se avecina. Así como los romanos cumplieron la profecía de Jesús al rodear Jerusalén en juicio, esta visión del Apocalipsis nos recuerda que la justicia de Dios es segura y su tiempo perfecto. El juicio puede parecer tardío, pero no es olvidado.

Sin embargo, incluso en medio de esta advertencia sobria, hay aliento para los que pertenecen a Cristo. El águila no vuela al azar, sino que aparece en el cielo, simbolizando que estos acontecimientos están bajo la mano soberana de Dios. El poder de Roma, por devastador que fuera, no escapó al control de Dios. Su juicio no es caótico, sino preciso e intencional. Al igual que la presa no puede escapar al ojo del águila, ningún mal escapa la visión de Dios.

Cuando veas que el mundo se desmorona, recuerda que Jesús nunca ha perdido el control. Los gritos del águila no son sólo declaraciones de juicio, sino recordatorios de que Dios ve, Dios oye y Dios actúa. Confía en Él, porque sólo Él es tu refugio.

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