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Devocional 26 Marzo 2025

March 26, 2025 • Steve Torres
"Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios." (Apocalipsis 14:1-5 RVR1960)

La imagen de los 144.000 de pie con el Cordero en el Monte Sión es una imagen de aquellos que permanecieron fieles a Cristo. Marcados con Su nombre, son apartados - sellados como Suyos. Su pureza no tiene que ver con el celibato, sino con permanecer separados de la corrupción del mundo. Se les describe como “vírgenes”, enfatizando su compromiso de vivir en santidad, negándose a comprometer su lealtad a Cristo.

Estos seguidores cantan un “cántico nuevo”, el cántico de la redención. Es una canción que ningún ángel o criatura celestial puede aprender porque pertenece únicamente a aquellos que han experimentado la salvación. Los redimidos por Cristo llevan un testimonio que nadie más puede compartir: una comprensión personal de la gracia, el perdón y la transformación.

Su atributo definitorio es que “siguen al Cordero por dondequiera que va”. Esto habla de una vida de obediencia, confianza y devoción inquebrantable. El camino puede pasar por dificultades, pero su lealtad es firme. Han sido “comprados a la humanidad”, un recordatorio de que la salvación llega a costa del sacrificio del Cordero.

Al reflexionar sobre este pasaje, considera lo que significa seguir al Cordero en tu vida diaria. ¿Estás marcado con Su nombre? ¿Está tu vida apartada de una manera que refleja Su santidad? Los redimidos están llamados no sólo a creer, sino también a seguir fielmente Sus pasos, a través de la prueba, el sacrificio y la alegría.

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