# MOVED HERE!

Devocional 28 Marzo 2025

March 28, 2025 • Steve Torres
"Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación." (Apocalipsis 14:8 RVR1960)

En esta asombrosa proclamación, un segundo ángel anuncia la caída de Babilonia, una ciudad que simboliza la rebelión y la oposición a Dios. Más adelante, el Apocalipsis identifica a Babilonia con Jerusalén, la misma ciudad que una vez fue elegida para ser luz de las naciones (Isaías 42:6). Sin embargo, en lugar de señalar a otros la verdad de Dios, Jerusalén rechazó a su Mesías, lo crucificó y después persiguió a sus seguidores. La ciudad que debía revelar la gloria de Dios se convirtió en un bastión de corrupción y hostilidad hacia Su reino.

El anuncio del ángel es significante. A pesar de los esfuerzos de Jerusalén por silenciar el Evangelio, ellos mismos fueron aplastados. Su rechazo de Cristo culminó en juicio, un recordatorio aleccionador de que ningún poder, por influyente que sea, puede oponerse a la verdad de Dios.

Esta advertencia trasciende la antigua Jerusalén. Cualquier sistema, institución o individuo que se oponga a la verdad de Dios y se enaltezca a sí mismo acabará cayendo. La falsa gloria de Babilonia -marcada por el orgullo, la corrupción y la rebelión- siempre se desmoronará bajo el peso de la justicia de Dios. Como creyentes, esto nos recuerda que debemos permanecer fieles a la verdad del Evangelio, incluso cuando la oposición parezca imponente.

Del mismo modo que el rechazo de Jerusalén a Cristo condujo a su destrucción, todos los que se resistan a Su autoridad se enfrentarán al juicio. Sin embargo, para los que confían en Jesús, es un consuelo saber que la justicia de Dios prevalece. La caída de Babilonia es un recordatorio de que ningún mal permanecerá para siempre, y que el reino de Dios triunfará al final.

Que seamos valientes al proclamar Su verdad, confiando en que mientras los poderes mundanos pueden levantarse y caer, el reino de Cristo nunca terminará.

Share this post: