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Devocional 15 Abril 2025

April 15, 2025 • Steve Torres
"Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande." (Apocalipsis 16:19-21, RVR1960)

Las imágenes de Apocalipsis 16:19-21 son vívidas y profundas, y simbolizan la culminación del juicio divino. La “gran ciudad” dividida en tres partes puede verse como un reflejo de la división y agitación internas. Históricamente, durante el asedio de Jerusalén en el año 70 d.C., la ciudad se fracturó, no sólo físicamente, sino también social y políticamente. La ciudad se dividió en la Ciudad Alta, la Ciudad Baja y el Monte del Templo. Josefo relata que, durante el asedio, los zelotes se dividieron en rivalidades internas: Juan de Giscala, Simón bar Giora y Eleazar controlaban diferentes partes de la ciudad, lo que debilitó la defensa y contribuyó a la caída de la ciudad.

Esta lucha interna refleja las acciones proféticas de Ezequiel, a quien se le ordenó dividir su cabello en tres partes, cada una de las cuales representaba una porción del pueblo y su destino (Ezequiel 5:1-5). Tales divisiones significan el juicio y las consecuencias de apartarse de la guía divina.

La mención de las enormes piedras de granizo, de un talento cada una, trae a la memoria el relato de Jesús ben Ananías, un campesino plebeyo que, según Josefo, profetizó la destrucción de la ciudad durante más de siete años. Incluso soportó desprecios y palizas mientras profetizaba. Finalmente, fue asesinado por una piedra lanzada por una catapulta romana durante el asedio. Josefo incluso describe cómo estas piedras eran blancas y tan enormes que podían verse en el aire antes del impacto; algunas referensias incluso dicen que pesaban alrededor de un talento (75-100 libras).

Apocalipsis 16:19-21 sirve como recordatorio conmovedor de las consecuencias de la división interna, de ignorar las advertencias proféticas y de apartarse de la verdad divina. Los acontecimientos históricos que rodearon la caída de Jerusalén proporcionan un telón de fondo tangible al lenguaje simbólico del Apocalipsis, subrayando la importancia de la unidad, la vigilancia y la adhesión a las verdades espirituales. Que no sólo busquemos la unidad, sino la unidad en la verdad de Cristo.

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