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Devocional 26 Mayo 2025

May 26, 2025 • Steve Torres
"Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán. Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?" (Hebreos 1:10-14, RVR1960)

Antes de que existiera nada, antes de la luz, el espacio o el tiempo, ya estaba Jesús. Él es quien puso los cimientos de la tierra, quien extendió los cielos como un techo. Esta declaración de Hebreos se hace eco de la verdad de Juan 1: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Es una afirmación asombrosa: Jesús no es sólo el Rey del Cielo, sino el Creador de todo lo que existe.

Y, sin embargo, todo lo que fue hecho, por majestuoso que sea, perecerá. Como un vestido gastado, los cielos y la tierra se marchitarán, pero Jesús permanecerá. Él es inmutable. Eterno. Inalterable al tiempo y a la decadencia.

El viejo mundo, desfigurado por el pecado y que gime por renovarse, no es el final de la historia. Jesús lo cambia, “como un vestido los envolverás, y serán mudados”. “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”, declara en Apocalipsis 21:5.

No se trata sólo de una esperanza futura: es la realidad presente. Como dice 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. El mundo está siendo rehecho, empezando por los corazones, las almas y las vidas renacidas en Él.

El escritor de Hebreos apunta a la idea de que Jesús está rehaciendo los cielos y la tierra. Esta terminología vuelve a evocar Apocalipsis 6:14, donde el cielo mismo está enrollado como un pergamino; aquí el escritor dice que está enrollado como un vestido. La encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús es un acontecimiento de cambio cósmico. Elimina lo viejo y crea lo nuevo, lo mejor. El viejo mundo era tipos y sombras, he aquí la llegada del puro, perfecto, Rey del Cielo y de la Tierra. El Padre ahora nos habla a través de Su Hijo. Recibimos la Revelación de Jesucristo.

El escritor de Hebreos cierra este capítulo citando el Salmo 110: “Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”. Jesús no está esperando para reinar, Él reina ahora. Y como Rey eterno, está sometiendo activamente el mal y construyendo una nueva creación donde habite la justicia, a través de su pueblo.

Así que hoy, consuélate. Todo lo demás puede cambiar y desmoronarse, pero Jesús permanece. El Creador inmutable está haciendo nuevas todas las cosas, y Él no fallará.

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