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Devocional 04 Junio 2025

June 04, 2025 • Steve Torres
"Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados." (Hebreos 2:17-18, RVR1960)

Cuando Dios creó a la humanidad, nos hizo a Su imagen: para reflejarle en nuestra forma de vivir, amar y relacionarnos con Él (Génesis 1:26-27). Pero en el Edén, ese reflejo se hizo pedazos. Tentada por la mentira de la serpiente, la humanidad buscó la semejanza de Dios aparte de Él (Génesis 3:4-5). En nuestro intento, perdimos aquello para lo que fuimos creados.

Pero Dios no se alejó.

En Cristo, el Hijo eterno de Dios entró en nuestra fragilidad (Filipenses 2:6-8). No sólo se encarnó, sino que se hizo semejante a nosotros en todos los aspectos. ¿Por qué? Porque en nuestro fracaso por llegar a ser como Dios, Él se hizo como nosotros, para que pudiéramos ser restaurados (Romanos 5:18-19).

Jesús no está alejado de nuestras luchas (Salmo 34:18, 145:18, Jeremías 23:23-24). Conoce la tentación, no como un observador externo, sino como alguien que ha sentido todo su peso. Y a diferencia de nosotros, Él no cayó. Se mantuvo firme para poder levantarnos. Se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote, no exigiéndonos sacrificios, sino ofreciéndose a sí mismo como sacrificio. Nos lleva a Dios no mediante nuestro pago, sino por misericordia (Juan 4:10-14, 7:37-38, Apocalipsis 21:6, 22:1, 22:17).

Esta es la maravilla de Su ministerio: No sólo redime a los humanos, sino a la condición humana. Él santifica la debilidad entrando en ella (2 Corintios 12:9-10), y transforma la tentación venciéndola (Juan 16:33, 1 Corintios 10:13). Así que cuando te sientas agobiado, cuando el pecado parezca estar cerca y Dios parezca estar lejos, recuerda: Él ha recorrido tu camino. Él conoce tu dolor. Y Él puede ayudarte.

No estás solo. No eres invisible. No estás indefenso.

Cristo está cerca. Él es misericordioso. Él es fiel. Y está listo, ahora mismo, para guiarte, perdonarte y guardarte.

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