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Devocional 10 Junio 2025

June 10, 2025 • Steve Torres
"Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como también a ellos; pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron." (Hebreos 4:1-2, RVR1960)

Dios ha prometido descanso. No solo descanso futuro en el cielo, sino descanso real ahora: paz, seguridad y la confianza firme que proviene de confiar en la obra consumada de Cristo. Pero Hebreos nos recuerda: esa promesa, aunque sigue vigente, no debe ser ignorada.

Se nos dice que temamos, no con pánico, sino con seriedad. Es el tipo de temor que te mantiene despierto cuando los demás duermen. Un temor que sabe que es posible escuchar las promesas de Dios y, sin embargo, nunca entrar en ellas. Al igual que Israel en el desierto, muchos fueron liberados de Egipto, pero nunca pisaron la tierra prometida. ¿Por qué? Porque no creyeron.

La misma advertencia nos llega a nosotros. No permanezcáis en el desierto del vagar espiritual, la ansiedad, la lucha y la incredulidad. No os limitéis a celebrar el haber sido rescatados, dad un paso adelante hacia lo que Dios ya ha asegurado para vosotros. Cristo está entronizado. Ha vencido. Se ha sentado, porque su obra está terminada. Y esa obra terminada es vuestro descanso.

Pero este descanso no es automático. Hay que entrar en él por la fe. No algún día, sino hoy. El Espíritu dice: “Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”. Demasiados creyentes viven como si el descanso fuera solo para el “dulce futuro”, mientras que el evangelio nos llama a descansar en Cristo incluso ahora. Él provee. Él perdona. Él sostiene. Él es el Buen Padre que da a sus hijos lo que necesitan (Salmo 23:1, Salmo 34:10, Mateo 6:32, 7:11, Lucas 12:30).

Así que aférrate. Deja que la fe te saque del desierto, al otro lado del Jordán. Confía, no solo en el hecho de que Dios te salvará al final, sino en que Él es suficiente para tu tormenta, tu cansancio, tu preocupación, incluso ahora.

Responde a la llamada. Entra en la tierra. La promesa sigue vigente, mientras siga llamándose Hoy.

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