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Devocional 16 Agosto 2025

August 16, 2025 • Steve Torres

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“Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente. Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros. Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan. La gracia sea con todos vosotros. Amén.” (Hebreos 13:22–25, RVR1960)

El escritor de Hebreos concluye su carta no con más teología elevada, sino con la tierna súplica de un hermano cariñoso: “Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación.” Reconoce que su carta ha sido densa, a veces severa, siempre cargada de peso espiritual. Sin embargo, la llama “breve”, como diciendo: Hay mucho más que decir acerca de Cristo, pero ya tenéis suficiente para perseverar. Su exhortación final es sencilla: soportadla, llevad estas verdades en el corazón, dejad que moldeen vuestra fe, y perseverad en Cristo.

¿Qué verdades debemos soportar? Que Jesús es mejor en todo. Es mejor que los ángeles, por lo cual debemos prestar mucha más atención a lo que hemos oído, para no deslizarnos (Heb. 2:1). Es mejor que Moisés, fiel como Hijo sobre la casa de Dios, por lo cual debemos exhortarnos unos a otros cada día y retener firme nuestra confianza (Heb. 3:12–14). Es mejor que Josué, pues ofrece un verdadero reposo sabático, por lo cual debemos procurar entrar en ese reposo por la fe (Heb. 4:11). Es mejor que Aarón, siendo el eterno Sumo Sacerdote, por lo cual debemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia (Heb. 4:14–16).

Es mediador de un mejor pacto, con perdón escrito en nuestros corazones, por lo cual debemos mantener firme nuestra profesión de esperanza sin vacilar (Heb. 10:23). Ha ofrecido el mejor sacrificio, una vez y para siempre, por lo cual debemos acercarnos con plena certidumbre de fe y no persistir en el pecado voluntariamente (Heb. 10:22, 26). Ha abierto un camino nuevo y vivo hacia la presencia de Dios, por lo cual no debemos dejar de congregarnos, sino estimularnos al amor y a las buenas obras (Heb. 10:24–25). Es el mejor ejemplo de fe, que soportó la cruz y ahora está exaltado, por lo cual debemos correr con paciencia la carrera, puestos los ojos en Él (Heb. 12:1–2). Ha dado un mejor reino, inconmovible y eterno, por lo cual debemos tener gratitud y servir a Dios con temor y reverencia (Heb. 12:28).

Todas estas exhortaciones fluyen de la grandeza de Cristo. “Soportarlas” significa atesorarlas, perseverar en ellas, y dejar que guíen nuestros pasos hasta verle cara a cara. Y la carta cierra como toda nuestra perseverancia debe hacerlo: no en nuestras fuerzas, sino en la gracia. “La gracia sea con todos vosotros” (Heb. 13:25). La misma gracia que nos salvó, nos sostiene, y nos llevará hasta el fin, está con nosotros aún hoy.

Jesucristo es mejor.

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