# MOVED HERE!

Devocional 25 Septiembre 2025

September 25, 2025 • Steve Torres

2 Pedro 1:10-11.jpg

“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1:10–11, RVR1960)

Pedro exhorta a los creyentes a examinarse cuidadosamente, para asegurarse de que sus vidas reflejan la realidad de su llamamiento en Cristo. No se trata de ganar la salvación, sino de vivir de tal manera que el fruto de la salvación sea evidente. Como también manda Pablo: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe” (2 Corintios 13:5). La fe verdadera nunca es estancada, crece y produce evidencia.

Pedro acaba de enumerar las cualidades de un cristiano en crecimiento: fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (2 Pedro 1:5–7). Confirmar nuestro llamamiento significa ser diligentes en practicar estas cosas, no esperar pasivamente a que la madurez llegue. La vida cristiana no consiste en imitar la bondad, como lo hace el mundo con apariencias vacías (Mateo 6:1–2), sino en andar en el Espíritu para que la transformación real se manifieste (Gálatas 5:22–23).

Pedro también conecta esta diligencia con el fuego refinador que describió antes: “Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:6–7). Así como el oro debe pasar por fuego para ser purificado, así el cristiano pasa por pruebas para ser formado a la imagen de Cristo (Romanos 8:29). Estas dificultades no son accidentes, sino la obra refinadora de Dios.

No hay atajos para esta transformación. Ningún mantra, ninguna fórmula rápida, ningún programa puede evitar el camino que Cristo mismo recorrió. Jesús advirtió: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13). El autor de Hebreos nos recuerda que Dios nos da “un reino inconmovible” (Hebreos 12:28), y la perseverancia firme es la evidencia de pertenecer a ese Reino (Hebreos 10:36).

La conclusión de Pedro es una promesa: si continuamos en diligencia, viviendo la fe que Dios nos ha dado, no caeremos. En cambio, Dios mismo nos otorgará “amplia y generosa entrada” al reino eterno de Cristo. ¿Qué mayor seguridad podría haber? El fuego refinador no destruye, nos purifica, preparándonos para ver al Salvador cara a cara.

Share this post: