Devocional 31 Octubre 2025
October 31, 2025 • Steve Torres

Pablo recuerda a los corintios que ni él ni Apolos inventaron el evangelio; eran siervos, no fuentes. Su ministerio estaba fundamentado en la Palabra escrita y centrado en la gracia de Dios en Cristo. Sin embargo, los corintios habían ido “más allá de lo que está escrito”, creando jerarquías y comparaciones orgullosas basadas en la personalidad, la elocuencia o los dones. Exaltar a los hombres o a uno mismo era olvidar el fundamento de la gracia.
La pregunta de Pablo corta toda soberbia: “¿Qué tienes que no hayas recibido?” La respuesta calla toda jactancia. Todo lo que el creyente posee (salvación, entendimiento, dones espirituales, la vida misma) proviene como regalo de Dios (Santiago 1:17; Juan 3:27; Efesios 2:8–9). No somos originadores, sino receptores de misericordia. Actuar de otra manera es imitar al siervo ingrato en la parábola de Jesús (Mateo 18:23–35), quien, después de ser perdonado de mucho, se negó a extender misericordia a otro.
La advertencia de Pablo de “no ir más allá de lo que está escrito” establece un límite tanto para la doctrina como para la actitud. Las Escrituras son la medida de la verdad y el resguardo de la humildad (Deuteronomio 4:2; Proverbios 30:6; 2 Timoteo 3:16–17). Permanecer en ellas es permanecer en la gracia; apartarse de ellas es reemplazar la gracia por el orgullo.
Toda jactancia se silencia cuando recordamos que todo lo que somos y tenemos proviene de Cristo. No somos arquitectos de la salvación, sino administradores de una herencia recibida. Caminemos, pues, con humildad, como quienes viven únicamente de lo que se les ha dado.